miércoles, 26 de marzo de 2014

Aquellos maravillosos días

Hace un año una mujer me invitó un café mientras conversabamos de la vida.

Siendo sincero, hace bastante tiempo que me pasaban cosas con ella y me sorprendió con esa invitación, después de un tiempo y de una forma poco convencional (como solo ella sabe hacerlo), me robó el primer beso, ese día supe que no dejaría de pensar en ella jamás y mientras caminabamos a un local de comida china me dijo que yo iba a sufrir con ella, a lo que le respondí que tenía razón, que si me iba a doler la caída, pero cada vez que viera las heridas recordaría que fueron por hermosos momentos que pasaríamos.

Hace un año ella me habló de otra forma, porque yo sentía miedo de hablar con una persona tan linda y suponía que lo más probable era que me mandara al carajo, pero no fue así, ella me mostró lo que el mundo no sabía, el lado que pocos conocen de ella, esa hermosa manera de ser, ese lado humano, maternal, de amistad incondicional, una persona que ama de verdad y que te muestra lo mejor de ti aunque sientas que no vales nada, que con una sonrisa te mueve el mundo.

Ayer la ví, fue tal cual estaba en mi mente, como hace casi un año, con su pelo casí del mismo largo que cuando tomamos ese café, fue ahí en donde me miré las heridas y no me gustó lo que pude ver, porque por cada momento de amor y alegría existían al menos tres de malos momentos que pasó por mi culpa.


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