jueves, 5 de noviembre de 2015

A ver si me entienden

Muchas personas me tratan de engreído porque siempre tengo una respuesta para todo, aunque no me pregunten de forma directa.

Me gusta leer, me encanta aprender, soy un total convencido que el conocimiento es la clave para entender realmente el concepto de humanidad.

Ahora bien, eso solo puedo deducirlo, porque no soy una persona excesivamente sociable, mas bien soy un antisocial con exceso de información, a veces llegando a comprender a los evangélicos en su afán de querer contar a todo el mundo lo que saben de las escrituras sagradas.

Así todo, el fin de semana viví una experiencia para mi novedosa, la cual fue una reunión de camaradería con gente más inteligente que yo, social e intelectualmente hablando. Sonará despectivo e incluso ofensivo, pero desde un par de meses en los cuales logré salir de mi casa y convivir con la gente otra vez, que finalmente encontré un grupo de mis pares, personas que si bien pueden decir groserías y palabras poco ortodoxas, lo hacen en un contexto aplicable, mas no centran la conversación en ese tópico.

Uno de mis nuevos amigos me dijo "debes rodearte de gente más inteligente que tú, para que puedas disfrutar de las conversaciones", y créanme que es lo mejor que me ha sucedido en el último tiempo. No quiero ofender a mis antiguos amigos, pero las conversaciones con ellos giraban en torno a los genitales y los improperios sin motivo alguno; no eran tontos (bueno, un par si), pero nunca pude tener temas de conversación en los cuales desenvolverme.

El fin de semana comenzó con la frase "este es el tema más ñoño que conversaremos", eso nunca aplica con gente conocedora de una enormidad de campos de conversación. Hablamos de lo sacro y lo profano, sin recurrir a insultos ni menospreciar al otro, todo en un tono de alegre respeto, donde se escuchaban las opiniones, sin interrupciones abruptas y llegando a un consenso en lo que se planteaba.

Para mi el mundo siempre será un lugar inentendible, un lugar en el cual se vulnera en la mayoría de las veces la opinión del resto, haciendo valer de cualquier forma el propio punto de vista.

Siempre he indicado que soy una persona que ama escuchar al resto, porque no tengo una verdad absoluta, tengo bastantes certezas e hipótesis, pero quien no las tiene. En realidad, por mi carácter y mi anterior grupo social, decidí no tener debates con gente irrespetuosa que cree solo en su verdad.

Volver a entablar vínculos sociales y encontrar que hay gente que realmente sabe de lo que habla, conocedora del respeto por los demás, es algo que puedo agradecer.

Llevo tres años queriendo volver a vivir, no saben lo hermoso que es encontrar finalmente humanos, después de pasar mi vida entre simios.

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