Hubo una vez en
que amé a una mujer
La amé de la
mejor y la peor forma,
Le regalé amor
sincero,
Le regalé amor
egoísta,
Le regalé mi vida
a cambio de un segundo,
Un segundo de sus
ojos,
Un segundo de su
risa.
Ella me entregó
amor verdadero,
De abrazos y
caricias,
Reproches y
perdones,
De silencios,
miradas y risas locas.
Yo quise
regalarle el mundo,
Pero no comprendí
que ella,
Era feliz
conmigo,
Que no hacía
falta nada,
Que con estar
juntos bastaba.
Pero me cegué en
un amor ideal,
Como el que vemos
en las películas
Y así la perdí,
Queriendo
entregar mucho,
Dándome cuenta
tarde que casi nada le di.
Hubo una vez que
amé a una mujer,
La amo aún y
seguiré amándola.
Y aunque ahora
esté lejos,
Sé que puede
escuchar mi voz
Cuando digo su
nombre al viento,
Cuando grito por
ella lo que siento,
Cuando la saludo
en las mañanas
Y me despido en
las noches,
Preguntándome si
hará lo mismo,
Si aún pensará en
mi está noche
No hay comentarios:
Publicar un comentario