Cada día se convierte en una improvisación de la vida, hace mucho tiempo que no he planificado un día, porque cada vez que lo hago todo sale como quiere, nada es lo que quería.
La vida es una improvisación de lo que nunca pensamos, siempre aparece lo que evitamos, nos muestra otras miles de cosas que no queremos saber, estamos expuestos a encontrar caminos cambiados, calles sin salida, lugares sin conexión aparente.
Todo se relaciona con el caos y la sorpresa, la vida tiene sentido después de vivirla y me refiero al sentido lógico de entender las cosas después de que suceden, no estamos acostumbrados a revisar cada uno de los efectos que produzcan nuestros actos, ni la interpretación de ellos.
Somos seres racionales a nuestro modo, conocemos, entendemos, pero nunca aplicamos nuestro criterio todo el tiempo.
Somos los mejores en nuestros peores defectos.
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