sábado, 2 de noviembre de 2013

Pequeños grandes pasos

Cada vez que pienso que todo va mal, cada vez que pierdo las esperanzas en mejorar, cada momento por el cual mi cabeza tiene  pensamientos extremos, ocurren cambios que motivan, cosas que mejoran, rayos de luz que iluminan el camino.

Son esas ventanas que me regala mi mente, en las cuales me da un respiro y las aprovecho como si realmente no existiese un mañana.

Ahora estoy en esos días, feliz por todo lo bueno que ha sucedido, además de hacer cosas que hace tiempo deseaba realizar, conversar con gente que me hace bien, salir a disfrutar de una noche de sana distorción, llegar a casa y dormir instantaneamente, recordar que lo malo ayuda a no caer en los mismos errores, extrañar, notar cuando es amor de verdad.

Estoy dentro de esos días donde en realidad no existe la noción de algo malo, en estos momentos todo es enseñanza y aprendizaje, todo sigue un mismo curso y se revela como una razón para no bajar los brazos y seguir este camino de felicidad.

Sentir que en dos semanas me encontraré lejos de la gente que ha estado conmigo en este camino tan bello como tortuoso, que dejaré todas las rutas que había imaginado, que no caminaré directo al norte, más bien hare una ruta propia, larga y desconocida, me iré sin el afan de escapar, sin perderme, porque finalmente sé que estoy aquí, no estoy perdido, me pude encontrar y los pasos que doy son seguros.

El camino que recorro en este momento es tan difuso y a su vez novedoso, es un camino totalmente nuevo, un camino que estoy recorriendo y admirando el paisaje, no he perdido el norte, solo encontré una ruta con paisajes más hermosos.

Todo ha sido hermoso, todo ha sido nuevo, incluso lo antiguo ha tenido su toque de dulsura, una caminata, una conversación, un llamado que pensé no recibiría jamás.

Está semana que comenzó con mi mente dividida, con la idea de atentar nuevamente contra mi vida, sin ánimo, con la sensación de haber perdido el rumbo, de haber retrocedido en mi mejora, se transformó hora tras hora, día tras día en una semana plagada de buenas vibras y sensaciones hermosas.

Todo los cuestionamientos, las preguntas, las culpas, los dolores, las heridas fueron apaciguados, tuve las respuestas que necesitaba, las confimaciones para levantar mi propia autoestima, el perdonarme y perdonar, el prometer no volver a maltratarme.

Estoy contento por muchas razones, al comenzar esta semana estaba buscando variables, hoy me di cuenta que tengo respuestas.

He dado pequeños pasos para una gran mejoría, he desecho mi camino, me cambié de ropa y la quemé, borré mis huellas y dispuse un nuevo pensamiento en mi mente.

NO HAY QUE PENSAR QUE SE PUEDE TENER UN BUEN DÍA, DEBEMOS TENER LA CERTEZA DE QUE SERÁ BUENO SIEMPRE

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